domingo, 23 de mayo de 2010

Aprendí

Aprendí que mis amigos y familia son indispensables e incondicionales, y que me hacen sentir inmensamente feliz con sólo estar, va tanto más allá de las palabras.

Aprendí que la incomodidad dice algo, y si es con un otro aún más... Debes parar y escucharte, Dios pone en nosotros señales, y nos da también las respuestas, sólo hay que aprender a ver y sentir como nos habla.

Aprendí que lo simple y lo cotidiano es maravilloso y aluciante, pero que también lo extraordinario revitaliza, lo diferente te moviliza y te da nuevos aires pa ver lo cotidiano con otros ojos.

Aprendí que las pausas también son buenas, que te permiten parar, mirar, y si no va bien la cosa, puedes chillar, gritar, llorar, ver qué quieres y cómo lo quieres, sin saber bien qué quieres... de todos modos optas por avanzar respetando tu propio ritmo, aceptando el de los demás, reenfocándote hacia lo que te mueve, y sabiendo que simplemente tienes que confiar en que los puntos se unen, que Dios está presente en cada suspiro, en cada dolor, en cada desvío, en cada pausa y en cada nuevo comenzar, con él sientes el ritmo del corazón, de la vida y todo toma sentido.

Aprendí que hay un tiempo que no es tiempo, pues va más allá de lo temporal, va por dentro y tiene mucho más que ver con lo espiritual, es un tipo de guía hacia lo inexplicable de tu humanidad, aquello que va más allá de lo racional, de lo conciente y de la voluntad. Debes verlo, mirar pa los lados y reflexionar de qué modo quieres y necesitas avanzar, escucharte bien adentro, mirarte y decidir volar, a tu escala, a tu ritmo, con o sin otros y en qué dirección lo harás.

miércoles, 14 de abril de 2010

Despegaste del suelo los pies




Sus miradas se encontraron y jamás se separaron, tu corazón repararon una nueva vida juntos forjaron, la pasión del verdadero amor, la ternura de su compañía, escuchaste a tu corazón, te abriste a la creación, confiaste en tu persona y volaste casi tan libre como una gaviota.

Despegaste del suelo los pies, emprendiste vuelo una vez, conociste lo que es amar, te aventuraste a perdonar, jamás supiste lo que es ganar, pero seguiste sin mirar a atrás.

Al caerte comprendiste que debías mirar más allá, en ese momento elegiste tu camino y optaste por avanzar, por luchar con tu vida por aquello que tanto querías y eso que merecías... y con todo eso que tenías para dar, ganaste otra vez su amor, pero la vida a todos en ese momento nos sacudió.
Luchaste hasta más no poder y lograste vencer, cumpliste tu sueño y volviste a crecer.
Te enfrentaste a todos y todo, te entregaste sin más a creer, entregaste todo a cristo, él te ayudo a vencer, viviste con pasión tu vida, una y otra vez aunque tu cuerpo no esté yo sé que venciste a la muerte y hoy tu lucha continúa presente, y la pasión de tu vida continúa encendida.

Despegaste del suelo los pies, emprendiste vuelo una vez, conociste lo que es amar, te aventuraste a perdonar, jamás supiste lo que es ganar, pero seguiste sin mirar a atrás.






jueves, 25 de marzo de 2010

no saber qué

Mis ojos mojados, y veo todo más brillante, espero encontrarte, que seas esa señal que espero. Pero no estás, tampoco sé si te quiero, me da miedo, pero no sé si me da más miedo tenerte o perderte, necesito verte, y poder sacarme este temor, que me mires y me digas lo cierto, porque no tolero este minuto de "no saber qué", de no saber si serán o no serán mis sueños, ni siquiera de quién vivirá o no mañana, necesito que me abraces y sacar de mi esta incertidumbre, pues qué manera de llorar porque la vida pasa, los días pasan y las cosas no se dan, no pasa lo que espero y pierdo el rumbo que quiero, aunque ni si quiera sé qué espero, o si espero, y es que me cuesta tanto centrarme y avanzar, pero ya no sigo una pauta clara, me dejo guiar por lo que quiero, hago las cosas de una forma distinta cada vez, y tomo riesgos que antes nunca pensé, en mis ojos ya no caben más lágrimas, así que decido terminar un rato de pensar, lanzarme a la vida y disfrutar, y bueno, aún te espero.